Por Erika Solorio
La Segunda Guerra Mundial terminó hace 79 años y la violación a los derechos humanos continúa en cada rincón del planeta. Hasta parece una burla que en plena globalización todas las personas seamos más vulnerables. Los actos inhumanos persisten.
El 10 de diciembre de 1948 fue emitida la Declaración Universal de los Derechos Humanos, documento histórico elaborado al término de la guerra que tiene que ser respetado y acatado por todas y todos, solo así lograremos avances significativos que beneficien a la mayoría.
Cada aniversario de la declaración universal es importante para crear conciencia y recordar los hechos catastróficos, crueles e inhumanos que se han cometido durante décadas y décadas. El desconocimiento no nos exime por violar los derechos humanos; el respeto no solo compete a las autoridades, es responsabilidad de todas y todos.
“La Declaración establece, por primera vez, los derechos humanos fundamentales que deben protegerse en el mundo entero y ha sido traducida a más de 500 idiomas. La DUDH es ampliamente reconocida por haber inspirado y allanado el camino para la adopción de más de setenta tratados de derechos humanos, que se aplican hoy en día de manera permanente a nivel mundial y regional”, (ONU).
Los hechos más atroces que se han cometido contra la humanidad a nivel mundial no deben repetirse ni permitirse, la violación incesante a los derechos humanos de niñas, niños y adolescentes tiene que parar.
Estos acontecimientos están relacionados con guerras, genocidios, crímenes, y otros actos de violencia o abuso. Algunos ejemplos históricos incluyen: genocidio, uno de los ejemplos en la historia reciente es el genocidio de Ruanda en 1994; el holocausto: durante la Segunda Guerra Mundial, millones de judíos, así como otros grupos como gitanos, personas con discapacidades, y homosexuales, fueron exterminados sistemáticamente por el régimen nazi.
La historia nos cuenta que se perpetraron actos de violencia masiva y desplazamiento forzado contra poblaciones específicas, así como crímenes de guerra y tráfico de personas. Son problemas globales que nos acechan a cada instante.
Estos hechos no solo representan un gran sufrimiento humano, sino que también dejan huellas profundas en las sociedades afectadas y requieren esfuerzos significativos para la justicia, la reconciliación y la sanación. La memoria histórica y la educación sobre estos eventos son fundamentales para prevenir que se repitan en el futuro.
La educación siempre será imprescindible para evitar más y más violaciones a los derechos de los grupos vulnerables y de todas y todos, sigamos levantando la voz en los congresos de derechos humanos, eventos importantes que reúnen a académicos, activistas, defensores, organismos gubernamentales y no gubernamentales, así como otros interesados.
Qué responsabilidad tienen los hacedores de políticas públicas, de programas de gobierno, los legisladores, los impartidores de justicia y los académicos responsables de la enseñanza de las niñas, niños, adolescentes y jóvenes. Actuando con congruencia y contemplando el bienestar de todas y todos.
10 de diciembre: Día de los Derechos Humanos.